Riesgo por movimientos del terreno

Dentro de este riesgo se agrupa una serie de fenómenos relacionados con procesos geodinámicos superficiales que se producen en la corteza terrestre. Generalmente se trata de la movilización de terrenos o materiales sueltos (de piedras a grandes bloques) debidos a la rotura y deslizamiento en un plano inclinado favorable a su desplazamiento, favorecido por las fuerzas gravitacionales. Engloba fenómenos de naturaleza muy diversa, de periodicidad de ocurrencia muy variada y umbrales de intensidad y potencialidad de daños muy amplios.

Pueden darse movimientos lentos y continuos que son de pronóstico más sencillo, lo que facilita prevenir posibles daños personales. Así como movimientos rápidos y discontinuos que suponen mayor riesgo para la vida de las personas. Estos últimos son debidos generalmente a roturas bruscas de materiales rígidos en un escarpe rocoso o pérdidas de estabilidad de material deformable en laderas con alto contenido de limos y arcillas.

Estos fenómenos en muchas ocasiones pueden estar asociados a la desestabilización de las laderas por la meteorización, por el incremento de peso que soporten por fuertes lluvias, por el efecto rompedor del hielo o por la acción humana que rompe el equilibrio que existe entre las fuerzas gravitacionales y de rozamiento de los estratos geológicos.

También se deben considerar los hundimientos y subsidencias que están relacionadas con la existencia de cavidades naturales subterráneas (terrenos yesosos o calcáreos principalmente) y/o a cambios internos del terreno por el descenso brusco del nivel freático, disolución de materiales, etc. Los hundimientos son los fenómenos verticales más bruscos y rápidos.

Las actuaciones a proponer deben ir dirigidas a recuperar este equilibrio. En muchas laderas la existencia de vegetación arbórea puede ser un factor de protección frente a este peligro.

Para el análisis y evaluación del riesgo por movimiento del terreno es necesario analizar los siguientes factores:

  • La existencia de evidencias externas como desprendimientos o derrumbes ocurridos en la “Cuenca de Riesgo” o en la misma ladera.
  • La litología y caracterización geológica y estructural de la ladera amenazante.
  • Condiciones climáticas del territorio y caracterización de los fenómenos atmosféricos especialmente adversos.
  • Sismicidad del territorio y comportamiento del terreno.
  • Presencia de capas impermeables próximas a la superficie y caracterización de la fluencia del agua subterránea.
  • Pendiente y orografía del entorno.
  • Caracterización de la vegetación de los terrenos donde se puede desarrollar el fenómeno, desde su inicio hasta su potencial detención.
  • Presencia de señales de erosión o la cubierta con derrubios de la base de las laderas.

Mapa de movimientos del terreno en la Península Ibérica: http://info.igme.es/cartografiadigital/datos/tematicos/pdfs/MapaMTerreno_1000.pdf